Antonio García Zamora en su expo "Líneas del tren... la espera". |
Leyendo un artículo de Fiorella Resenterra, actual directora del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC) y publicado por la Nación me hace reflexionar en torno a varias ideas con respecto al arte costarricense, no en el sentido estético, por llamarlo así sino mas bien en el ámbito político, económico y digamos que social (aclaro de antemano que no soy político, ni economista ni profesional en ciencias sociales).
Para comenzar, Resenterra titula su artículo de la siguiente manera: "El Arte, gasto de Lujo" (Peridiódico La Nacion, 29/10/2011), en parte estoy de acuerdo con lo que la autora menciona y cito textualemente: "Es inaudito que el Gobierno considere el arte como un gasto y no como una inversión", lamentablemente el estado costarricense ha puesto su mirada en el arte no como un elemento de conocimiento y producto del pensamiento, sino mas bien como un "adorno" y compra de Status o rango social. Se pierde aquella famosa frase de don Pepe Figueres "para qué tractores sin violines", mencionado también por la autora. Interpreto esa frase de don Pepe, como el tractor como la máquina que construye y el violín como la cultura de un pueblo, un instrumento musical que alimenta el alma con sus sonidos y crea un sentir y un ser (pero para lograr eso, requiere un violinista virtuoso, que piensa y hace.. además de un compositor que tuvo que pensar para componer la melodía y así el violín suene armoniosamente), contrario mas allá de la fuerza del metal y física latente en la máquina que mueve montañas y transforma el medio ambiente, el violín se convierte en una fuerza espiritual-mística, mas de elevar el sentir y motivación al "corpus", la máquina por su parte lleva a la acción el intelecto nacido en el espíritu a partir del violín... ninguna de ambas fuerzas vive sin la otra, por eso se necesitan y son importantes en las sociedades, ninguna sobra.
Es lamentable ese cambio de pensamiento como Resenterra menciona, sin embargo, también es interesante el conocer porqué el INS, ICE, CCSS, Banco Central y demás instituciones del estado comenzaron a comprar objetos con características artísticas, esperemos que haya sido mas allá de adornar la oficina del gerente de turno y sus colaboradores, esperemos que haya sido con una verdadera vocación de rescatar la memoria del pueblo y sus manifestaciones artísticas, reflejadas en las obras de sus artistas. El problema es que si analizamos de donde y cómo están actualmente distribuidas las colecciones de esas instituciones, me da la impresión que son para "adornar", ya que muchas de ellas no estuvieron o están catalogadas y dispuestas con un acceso al pueblo, mucho menos didáctico en el sentido de educar al pueblo y que puedan accesar al patrimonio cultural y no se convierta en un simple adorno del edificio.
Hoy en día el mismo estado es culpable de crear una "élite de arte oficial", un concepto que no es nuevo en la historia del arte, solo a ciertos artistas se les compra obra (en millones de dólares), mientras que a otros se les pide que regalen su trabajo (conozco varios casos de esos), otros artistas somos menos afortunados... para el mundo del arte no existimos, nuestras exposiciones jamás saldrán en el Áncora de La Nación y menos ganarán una bienal y si tienen suerte de ganarla, ahí si saldrán los Curadores y galeristas hablando maravillas de las obras del artista, subirá al cielo de los "iluminados" y genios del arte costarricense (lo digo con todo el sarcasmo del mundo).
Muchos millonarios compran Rafa Fernández (que ahora salió en vajillas de la Cemaco) y Amighetti, no porque quieren disfrutar del arte en su sala u oficina... sino que mas bien piensan en la cotización del mercado de valores y lo que dirán sus "amigotes" cuando vean al "culto" fulanito y (vamos de nuevo) "adorno" que compró para el espacio de oficina o casa con esas obras, ahí estamos hablando de un elemento de lujo y no como arte. Así se mueve el mercado del arte en Costa Rica y el mundo, para ser alguien en el mundo del arte costarricense, lamentablemente hay que ser de la argolla, alguien que le escriba para los periódicos y una exposición en museo o galería estatal con vino incluido, antes de eso no sos nadie y muchos artistas buenos costarricenses terminan en el anonimato.
Creo que el mismo estado y colaboradores del arte se han convertido en cómplices al convertir al arte no como elemento de conocimiento universal, sino como un elemento de lujo, un adorno para unos cuantos adinerados, sino ¿díganme ustedes donde están localizadas las principales galerías de arte de este país? y ¿cuantos artistas nuevos ganan premios o bienales importantes en Costa Rica?, ¿a cuantos artistas emergentes se les publica un artículo en La Nación o La República?
He dicho....
Artículo de Fiorella Resenterra: http://www.nacion.com/2011-10-28/Opinion/el-arte---gasto-de-lujo-.aspx