Leyendo un fragmento del texto de Lucrecia Arbeláez Gonzalez (2007, p53-p55), establece que en el caso del llamado “Arte contemporáneo”, es a primera vista muy difícil y casi imposible una caracterización del término y con esto coinciden los teóricos del arte porque estamos viviendo los tiempos donde más que nunca, el término “diverso” ha sido el centro del pensamiento humano del siglo XXI.
El arte, desde el fin del renacimiento italiano pasó de ser un simple “adorno” o decoración, para convertirse en imágenes y formas de comunicación visual donde constituyen su propio lenguaje, podemos decir que existe la preeminencia de la pluralidad y es porque los lenguajes no son iguales, su riqueza expresiva es variada y hasta su complejidad constructiva o de diseño pareciera ser distinto.
Si hablamos de “comunicación visual”, más allá del término retrógrada “artes plásticas” (en mi opinión), estamos afirmando que en el arte visual existen códigos y la comunicación surge entre la lectura visual del espectador y la obra como idea, o el concepto del artista. Estos códigos o símbolos se comparten entre las personas que interactúan con la obra, tanto el artista como el espectador, formando lo que se conoce como “cultura visual”. Nuestro planeta está constituido por imágenes y símbolos, algunos de carácter universal u otros de lugares específicos o contextuales y estos son representados muchas veces por imágenes, que al interactuar con una comunidad por algún tiempo se convierte en "cultura visual".
La cultura de la imagen, implica que las personas deben estar alfabetizadas no solo en el área de la literatura y letras sino saber leer imágenes, además de interpretar, utilizar y porqué no, crear las suyas propias. Es por ello que el arte pasa a ser una ciencia y ser fuente de conocimiento, más allá de coleccionar “objetos” y cosas relacionadas a la "belleza" como verdad.
Por ello, la historia del arte es principalmente enfocada a lo visual y lo conceptual a partir de contextos, de manera que por medio de las imágenes la mente se convierte en una especie de ojo interno que al observar, se activa y los asocia con sus iconos interiores o lenguaje interno y es donde los analiza, combina y sintetiza creando nuevos significados a partir del diálogo espectador-imagen.
El arte es parte de la cultura, no puede ser únicamente un entretenimiento, pues surge de la misma necesidad comunicativa del ser humano, el arte por sí mismo es un lenguaje y como tal requiere poseer un espectador alfabetizado y que pueda leer su mensaje y a partir de ello crear nuevos. El arte en sí mismo no es esclavo de la representación, sino que posee un conocimiento y un claro mensaje de comunicación.
Bibliografía: