La Universidad Técnica Nacional
sede de San Carlos, en su espacio de exposiciones de artes visuales, inicia el
año 2016 con la exposición artística “Luz y Paisaje” del artista nacional
Rafael Ottón Solís, precursor de la instalación en Costa Rica.
La muestra la conforman diez
fotografías, en ocho de ellas el artista realiza un estudio de Luz y búsqueda
de la belleza en lo cotidiano, retrata las comunidades guanacastecas de
Lagunilla de Santa Cruz y Tamarindo; además presenta una fotografía sobre su
reciente instalación “Batambal” (2016, MADC) exhibida en el Museo de Arte y
Diseño Contemporáneo en San José y finaliza la muestra con la imagen redescubriendo
la historia: “El tranvía” (2016, fotografía digital).
El espacio alternativo de arte de
la UTN sede de San Carlos, se llena con las historias simbólicas, estudios de
luz y materia que capta el maestro Solís en el contexto actual guanacasteco y
costarricense, utilizando la fotografía digital como el medio ideal para su
propuesta artística. Las imágenes presentan el quehacer cotidiano y nos muestra
otra visión de la fotografía como instrumento de estudio y reflexión, cada
imagen se desarrolla alrededor de una historia que invita al espectador a mirar
su contexto desde otros ángulos: el de la luz y la belleza de su paisaje
cotidiano.
Luz y Paisaje.
La luz, lo matérico y las
historias en el devenir cotidiano costarricense, es la carta de presentación
del más reciente trabajo fotográfico del artista Rafael Ottón Solís.
Cada imagen captura y recopila
una historia de las personas presentes o también las ausentes. En palabras del
artista, esta exposición es un acercamiento respetuoso a una pequeña comunidad
guanacasteca, son historias silenciosas, pero en algunas se puede escuchar la
música a partir de lo visual. En esta muestra se cuela también lo matérico,
presente en todas las obras del maestro Solís y despliega junto con el estudio
de luz, la belleza en lo cotidiano y en las cosas sencillas.
Detalle de la exposición "Luz y paisaje" |
La mayoría de las fotografías
fueron tomadas al atardecer o anochecer, de manera que muestran la variedad
cromática-lumínica del paisaje guanacasteco, la luz se convierte siempre en una
presencia y es junto con el paisaje, los protagonistas de esta interacción
simbólica.