He seguido las múltiples e insistentes razones del señor Paul Woodbridge, respecto al Museo de Arte Costarricense y a mi exposición Trayecto 1974-2011. Eso me ha obligado a aclarar ciertas percepciones o mal interpretaciones, que terminan creando corrientesde opinión mal infundadas.
1-El hecho de atacar irrazonablemente la duración de la misma. Una exposición de este tipo requirió de un arduo trabajo a priori, donde se incluía múltiples actividades paralelas, dirigidas a una población muy grande, escuelas y colegios fuera del área, instituciones y universidades, grupos organizados,turismo, actividades educativas, arte como prevención del delito con policías, artesanos, niños y jóvenes especiales y discapacitados. Se organizaron guiones y se adecuaron temáticas. Se hicieron cientos de tours con charlas del mismo artista, numerosas conferencias, en español e inglés, que incluían vídeos y materiales alusivos. Aquí no pueden enumerarse por su extensión; personalmente estuve todos los meses, varios días a la semana, con una actividad multidisciplinaria, permanente con estudiantes de arte, de cine, de teatro, de videoarte,de diseño y arquitectura, y visitantes en el museo que fueron atendidos directamente por el artista, y personal designado. Esto no puede hacerse en cuatro o cinco meses, y son muestras con carácter extenso, que son incluyentes y accesibles por su duración y alcance.Además se hicieron otras exposiciones paralelas de escultura, pintura,ensambles e interactivas -lo que no puede decirse que el museo estuvo en manos de un solo artista-. Insisto, en que una crítica hace exclusión de esta muestra y sus alcances pedagógicos. Mientras se ha construido un puente armónico, una nueva luz en los artistas emergentes y nuevas generaciones sobre lo invisivilizado.
2- La dinámica de esta muestra estuvo acompañada de numerosos países,que interactuaron de forma mágica, India, Corea, Japón, China, Rusia,Nicaragua. Soy testigo de que el museo es una entidad viva y muyamplia, no es un concepto de galería estática como quiere hacérsele creer. Fueron numerosos los que participaron en esta muestra, como su integración estratégica al FIA, que le permitió llegar a los 80.000visitantes, todo un récord. Y son testigos del excelente guión que demostraba una ausencia clarividente en el arte contemporáneo, que partía de los años setentas hasta la actualidad. La manera en que estaba mostrada, no era una vitrina de un solo artista, en el sentido de aporte, es lo que muchos jóvenes encontraron con una propuesta visionaria, como podría llamársele a los que propusimos alternativas del uso de las tecnologías. Una visión sobre el cambio de esta generación a la que pertenezco en los inicios de los setentas y posteriores.
3- Quizá estas críticas del señor Woobridge -porque en arte siempre priva la honestidad- saque a relucir a la postre el trabajo intenso y visionario de su directora, doña Florencia Urbina y de las exposiciones aludidas, como un ejemplo integrador y descentralizador: el ser emprendedora en el arte. El tener una visión totalizadora, altamente educativa e inclusiva al proceso histórico del arte costarricense, y algo que les duele a algunos, que haya puesto el MAC a las manos de un gran público y de nuevos artistas de distintas regiones.
4- La idea de un museo conteniendo un guión histórico, o al menos etapas, de forma permanente, hasta yo lo comparto, y es un sueño que todos tenemos, pero es posible si el Estado financia las condiciones para su viabilidad y permanencia, de manera que no impida el desarrollo de las capacidades a nivel nacional del MAC.Todos los museos carecen de las condiciones tecnológicas actuales de mantenimiento, y muchas instituciones que tienen colecciones casi iguales en cantidad que el MAC. Por eso no entiendo la actitud hacia la directora doña Florencia Urbina, casi de forma obsesiva, sobre una idea que ella misma contempla y sobre una realidad de carencia de presupuesto y posibilidades. Es un proceso abierto donde todos estamos involucrados. La crítica debería dirigirse hacia una solución,no contra la institución, casi con intenciones serruchapisos y oscurantistas, o una perversa moda pre-electoral. De estas causas todos somos abanderados.
No hay que olvidarse que lo contemporáneo rinde un homenaje al pasado cercano, y revitaliza la obra de los artistas que lo propiciaron, y fueron sus ideas y proyecciones intelectuales los que contaron a la hora del cambio.