
Ayer se apagó para siempre la luz de uno de ellos, del que fue en vida uno de mis estudiantes, precisamente fue de mis primeros estudiantes donde comencé a trabajar y aprendí a conocer a las personas con discapacidades. Esteban era un muchacho que le encantaba jugar y era muy chispa, tan chispa que le gustaba vacilar y con una sonrisa que no la tienen todas las personas. Sus padres, personas ejemplares que siempre le dieron amor y cariño, hasta el último día de su vida, ellos pueden estar con la frente en alto que sacaron la tarea e hicieron lo mejor para Esteban, que murió feliz y lleno de amor, amor no solo por parte de sus padres, sino también por el personal de la "Neuro", la escuela donde siempre le dimos la mejor atención y le tratamos con cariño.
Hasta pronto Esteban, que tu alma se reencuentre con el creador y nunca te olvidaremos!!