Mgrt. Antonio F. García Zamora
En
cuestiones de ética y economía encontramos muchos casos y situaciones que nos
motivan a meditar y pensar hacia donde debe de ir el desarrollo humano, y en mi
caso particular es bien difícil contrastar lo cuantitativo con lo cualitativo y
me refiero a mezclar lo que es sentimiento y vivencia humana con la frialdad
numérica, no creo que este pensamiento y disyuntiva sea solo en mi caso, creo
que le pasa a todos y es por ello que no existe a mi parecer, un sistema
perfecto y definitivo. Lo que si debemos tener presente, es de tratar de lograr
un equilibrio que podamos salvarnos no en el término cristiano sino ir más allá
y pensar en la preservación de la especie como seres integrales que necesitamos
vivir bien y en plenitud, pero también en un contexto saludable y
económicamente equilibrado.
Dentro
del pensamiento de Jorge Chaves puedo destacar que hace énfasis sobre el
realizar una profunda reflexión sobre ética económica dentro de un contexto más
universal, sobre el término universal es interesante contextualizar y pensar
que se han hecho esfuerzos a niveles de gobiernos mundiales sin mucho éxito,
esto por cuanto son esfuerzos aislados y no nacen desde el seno de las
sociedades, con respecto a esto Himkelammert menciona que debe formarse un
proyecto donde “quepan todos” (haciendo eco de la Revolución Zapatista), pero
¿que implica eso de “donde quepan todos”?
Himkelammert
más bien dice que una sociedad donde quepan todos es más bien una exigencia que
puede darle vuelta a la tortilla y en
lugar de hacerla benéfica se vuelve negativa, esto por cuanto a mi parecer el
cambio de timón no puede ser una imposición sino más bien de educación y que
nace no a nivel de gobiernos sino desde las mismas familia, suena utópico, pero
el asunto es que se han llevado reuniones mundiales, foros internacionales y
leyes, lamentablemente el cambio no se ha dado con la prontitud que exige el
contexto mundial actual. En este caso sería mejor el sistema de Marx cuando
define al comunismo como “la producción de la forma de cambio misma”, el autor
lo analiza desde el punto de vista que ve el problema en la flexibilización y
relativización de las relaciones sociales de producción que se hacen pasar como
principios de sociedad eternos y universalmente válidos.
En
cuanto a sistemas económicos realiza una crítica sobre el concepto “total”, muy
impulsada en la sociedad mundial actual, comenzando desde la “calidad total”
como medio empresarial rumbo a la excelencia y llegar a ganar dinero para
subsistir en el mercado, en este caso Himkelammert habla más bien como
globalización y homogeneización del mundo, en este sentido define que se está
desatando un proceso de destrucción, ya que se hace énfasis en la eficiencia y
la racionalidad con las cuales se lleva a cabo. Menciona más bien que en nombre
de la eficiencia y de la competencia se compra cada vez más barato, pero para
comprar barato se hace un “baratillo” (en palabras del autor) de seres humanos
y naturaleza, porque se incurren en costos que superan las ganancias que se
hacen al comprar más barato.
Si se
habla ética del mercado, la racionalidad medio-fin se transforma nada más que
un rigorismo ético, se pierde toda posibilidad de una ética de la
responsabilidad y se funda una ética de la más pura irresponsabilidad
justificada en nombre de la eficiencia. La empresa orientada por el cálculo de
dinero y la ganancia racionaliza sus procedimientos, pero esta racionalización
es el origen de un proceso irracional de destrucción del ser humano y de la
naturaleza.
La
racionalidad de los medios lleva a una racionalización formal-racional de los
fines, es totalizado y globalizado, el ser humano y la naturaleza se
transforman en simples apéndices de un movimiento sin ninguna finalidad,
precisamente la persecución ciega de esta eficiencia por medio del mecanismo de
competencia crea esta fuerza compulsiva de los hechos. Esto concuerda con el
pensamiento de Jorge Chaves, ya que para él la racionalidad debe estar inserta
dentro de la economía y debe ser de una forma integral, dentro del contexto y
adecuado a las necesidades implícitas de cada sociedad, lo cual no deja de ser
una tensión llevar las matemáticas con otras perspectivas menos numéricas, pero
sí más humanas.
Esto
es por cuanto es posible que cada persona pase de un mundo a otro, cambiando de
tipos de racionalidad en su diario vivir y razones para actuar diversas, el
éxito para cualquier cambio debe ser desde el núcleo de una sociedad, como
antes lo mencioné no puede nacer por medio de gobierno ni de imposición, ya que
llevaría al fracaso inminente. Para Chaves es posible hacer ética y los valores
en el proceso económico y desarrollo, la ética debe convertirse como punto
central y convertirse en el contenido valorativo presente en diversos medios.
En otra de las tesis de Himkelammert, habla en
contra de la competencia por ser el destructor de los fundamentos de la vida en
la tierra, menciona que la fuerza de trabajo se transforma en mercancía y ha
llegado a ser mercancía menos vendible, al punto que no puede poner condiciones,
la clase dominante no domina sino mas bien somete a las fuerzas compulsivas de
los hechos. Esto es una lucha de fuerzas y una lógica que en mi opinión cuesta
comprender, sin embargo esta “lógica” (según el autor), es el resultado de
fuerzas compulsivas de una competencia totalizada, que se encuentra en que cada
participante en el mercado trata de salvarse así mismo y ayuda que todos se
arruinen.
En
nombre de la racionalización se promete (como siempre los políticos
prometiendo) la realización de los contenidos utópicos, este tipo de
racionalización promete cielos que esconden los infiernos producidos por la
irracionalidad de lo racionalizado. En este caso Chaves más bien menciona que
la racionalidad debe incorporar la deliberación y el juicio, acoplándose más al
comportamiento real de las personas y que en la economía debe estar la
presencia activa del elemento político, ligado en particular a una función
redefinida del Estado, con una concepción democrática cada vez más
participativa, con un verdadero respeto al ejercicio de la libertad humana, que
vaya más allá del discurso liberal en
contra de los regímenes totalitarios, porque estos favorecen el sometimiento de
las reglas, no de las normas sociales establecidas colectivamente, sino de las
generadas e impuestas por la supuesta racionalidad económica.
Las
tesis de Himkelammert van en una respuesta posible de acción solidaria y
encontrar una respuesta “Racional a la irracionalidad”, el problema tiene una
solución en una sociedad en la que “quepan todos”, como anteriormente mencioné
sobre el pensamiento de este autor, solo que hay que incluir a la naturaleza
como un todo, porque solo hay un lugar para las sociedades si existe una
naturaleza donde le puede brindar un lugar. La sociedad debe ser el pilar
fundamental y debe ir en contra de una sociedad donde nadie cabe, sino más bien
abrirse a la pluralidad, en la cual todos quepan y que exista una ética en el
mercado subordinada a la solidaridad, ya que la solidaridad se transforma en
condición de posibilidad de sobrevivencia humana.
La
propuesta de Chaves es de pensar en nuevos espacios de encuentro entre la
economía y el resto del saber humano, en particular entre la economía y la
ética, al igual que Himkelammert ellos promueven un trabajo solidario que nazca
a partir de los núcleos sociales y lejos de reuniones gubernamentales y de
imposición política.
Bibliografía.
Duque, José (Ed.). 1996. Por una sociedad donde quepan todos. San José: DEI-CETELA. ISBN: 9977-83-093-2
Bibliografía.
Chaves, Jorge
Arturo. 1999. De la utopía a la política
económica. Para
una ética de las políticas económicas. Madrid: San Esteban-EDIBESA. 279
páginas, ISBN: 84-8260-060-5.
Le
monde diplomatique. 2003. Ecología y
desarrollo sustentable. Salvar el
planeta. Chile: Editorial Aún creemos en
los sueños. ISBN:
956-8134-21-2 http://es.scribd.com/doc/7363496/Seleccion-de-articulos-publicados-en-Le-Monde-Diplomatique-Salvar-el-planeta
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